“El cambio de escala es a veces una cuestión de supervivencia. Primero vemos la montaña y luego dibujamos una línea en el mapa. Así, línea a línea, formamos la cordillera que no podemos abarcar con los ojos y, solo a través del ejercicio de la reducción, somos capaces de trazar un camino, tal vez, también, de transitarlo. De todo lo que nos importa y no comprendemos terminamos por dibujar un mapa, alterando al hacerlo el verdadero tamaño de nuestra ignorancia.”

lunes, 14 de julio de 2008

VARSOVIA DEVASTADA



http://www.youtube.com/watch?v=ee5g--AOibI#

El Pianista. Roman Polanski.

Es una película histórica, dramática pero sobretodo humana. Lo que más me llamó la atención de esta película (que me perdonen los críticos de cine) es esta imagen, sí, sencillamente esta imagen. Muchas veces la miro y me quedo absorta… Szpilman ante Varsovia devastada, en ruinas, derrumbada. Una persona sola ante la inmensidad del desastre… ¿Quién no se ha sentido así alguna vez?...

W. Szpilman es un músico polaco de origen judío que trabaja en la radio de Varsovia y ve como todo su mundo se derrumba con la llegada de la Segunda Guerra Mundial y la invasión de Polonia. Escondido en el exterior del gueto judío, presencia los horrores cometidos por los nazis. Mientras busca algo para comer entre las casas bombardeadas, se da cuenta de que un oficial alemán le observa, el capitán Hosenfled, que se da cuenta de que es judío y. al enterarse de que es pianista, le lleva hasta un piano para que toque algo. En ese momento un decrépito Szpilman ejecuta una desesperada pieza de Chopin(Ballad Number 1 Opus 23 in G Minor) ante un Hosenfeld que se compadece de él, de manera que no solo no le delata sino que le esconde en el ático del edificio, llevándole regularmente comida

Semanas después, los alemanes son forzados a retirarse de Varsovia debido al avance de las unidades rusas. Antes de abandonar la zona, Hosenfeld acude a despedirse de Szpilman y le da su abrigo, prometiendo que le escuchará en la radio polaca. El abrigo casi resulta ser fatal para Szpilman cuando aparecen las tropas soviéticas ya que le confunden con un oficial aleman y le disparan y lo persiguen en un edificio donde le lanzan una granada. Solo consigue que dejen de disparar tras convencerles de que es polaco y que solo lleva el abrigo porque tiene frío.

En la escena final de la película, Szpilman interpreta triunfalmente una pieza de Chopin frente a una gran audiencia en Varsovia…

4 comentarios:

Taitra dijo...

Yo todavía no me he atrevido a verla. Ni ésta ni la de "la vida es bella". No sé si es miedo, pero no quiero enfrentarme con esas películas.

Amaterasu dijo...

taitra:
Yo he visto las dos… y la verdad es que son muy duras, y lo peor es que reales. “La vida es bella” incluso más (dura), porque en “El pianista”, al menos acaba imponiéndose un sentimiento humano a una guerra. El tema del holocausto y los campos de concentración siempre me ha llamado muchísimo la atención, no sé por qué… he intentado leer y aprender algo. Quizás porque siempre me ha gustado entender el motivo de las miserias humanas, aun sin poder encontrarle justificación a la barbarie. Lo cierto es que ese odio llega hasta nuestros días, que es lo más preocupante de todo, y aunque no esté materializado en campos de concentración, se esconde en grupos que utilizan su justificación en una época que ni siquiera entienden… Yo he aprendido de lo que he escuchado, leido, visto, que la fortaleza humana no se mide en grados de violencia, sino de resistencia…
Por cierto, la última película que vi relacionada con el tema es la de “los falsificadores”, mucho menos dura que las anteriores (según mi punto de vista), así que si te animas te la recomiendo.

Félix Amador dijo...

Sin entrar en que no parece una película de Polanski (quizás por la sensibilidad con que está contada), creo que sí, que ésta es la foto de la película, la de un hombre solo en medio de la hecatombe, con la humanidad desaparecida en medio de la barbarie, a su suerte.

Anónimo dijo...

La foto es realmente impresionante, como lo son ambas películas de las que hablas. Y si, muchas veces la realidad supera a la ficción. Desgraciadamente, el "homo homini lupus" de Hobbes sigue teniendo plena vigencia... El mundo está plagado de injusticias, de abusos, de barbaries: unas veces se ven, otras se sienten de primera mano y otras pasan completamente desapercibidas. Además, es increible lo rápido que olvida la memoria humana. Hace tan sólo unos meses se hablaba del conflicto del Tíbet o Myanmar. Hoy, sin embargo, tales atrocidades parecen haber caído en el olvido. Otra cosa que siempre me ha llamado mucho la atención es el hecho de que el hombre trate de "humanizar" tanta crueldad y violencia. No me refiero sólo al derecho internacional humanitario en general (el establecimiento de determinadas reglas humanitarias para la guerra -los famosos Convenios de Ginebra de 1949-), sino también a casos tan paradójicos como la pena de muerte, en la que cada vez se utilizan métodos "menos" crueles, que tratan de disminuir el sufrimiento. Parece que así nuestra conciencia se queda un poco más tranquila...