“El cambio de escala es a veces una cuestión de supervivencia. Primero vemos la montaña y luego dibujamos una línea en el mapa. Así, línea a línea, formamos la cordillera que no podemos abarcar con los ojos y, solo a través del ejercicio de la reducción, somos capaces de trazar un camino, tal vez, también, de transitarlo. De todo lo que nos importa y no comprendemos terminamos por dibujar un mapa, alterando al hacerlo el verdadero tamaño de nuestra ignorancia.”

miércoles, 25 de febrero de 2009

Ella y él

Ella daba y quitaba razones, como recortables, para decir que no.
Él se recorría la ciudad buscándola sin saber dónde vivía. 

Ella se quitaba la mascarilla del pelo,

él se preguntaba qué estaría haciendo. 

Ella se fumaba un cigarro en la ventana con la mirada en ninguna parte, 
él estudiaba filosofía. 
Él la puso al borde del infarto cuando le dijo que la iba a besar. 
Ella tenía miedo y no estaba preparada para volver a equivocarse. 
Ella decía frases categóricas que ni siquiera se había planteado, 
él las repetía en tono irónico y se iba a casa a las 7. 
A él le gustaba su vestido. 
A ella le gustaba su forma de caminar, su inteligencia, su manera de mirarla y sus manos. 

Él vomitaba esfuerzos y se cansaba,

ella no daba opciones y huía con los ojos, las palabras y los gestos. 

Ella daba vueltas alrededor de un círculo que no le conducía a ninguna parte. 
Él saltaba al centro y le tendía la mano. 
Ella no apartaba la vista de la cuerda circular. 
Él era inmenso en soluciones, en querer vivir y amar. 
Ella bailaba con miedo, soñaba con miedo, trabajaba con miedo, pensaba con miedo, caminaba con miedo, vivía con miedo. 
Él quería sol. 
Ella quería lluvia. 
Ella imaginaba. 
Él se daba ala oportunidad de realizarlo. 
Él se marchó. 
Ella se fuma un cigarro en la ventana con la mirada en ninguna parte… 

jueves, 19 de febrero de 2009

Hola a todos…. Después de tiempo de silencio vuelvo a la carga. Espero que no me hayáis olvidado. Yo no lo he hecho de vosotros ni de mi objetivo al escribir aquí, pero a veces el tiempo nos hace tener que aparcar las devociones para cumplir con las obligaciones. En estas semanas he ido a muchos sitios, pero no me traigo esta vez nada demasiado interesante que destacar. En los ratos en las estaciones y aeropuertos varios me he ido leyendo un libro que os recomiendo, a pesar de que a simple vista pueda parecer denso: “El alma está en el cerebro” de Punset. Y a raíz de esto os pregunto dónde creéis que está el alma… El libro es buenísimo, si os gusta un mínimo la psicología, claro, porque se basa principalmente en todas las charlas del programa Redes. Hay una cosa que me ha llamado especialmente la atención, y es que lo último que la memoria es capaz de recordar es la música… Curioso, ¿no? Y otra cosa que me ha llamado la tención es la afirmación de que el hombre sí que cambia… Yo estaba convencida de lo contrario, y de hecho creo que a pesar de lo que diga Punset, lo sigo estando. 

Más cosas. En un intento fallido de ir a ver a Bacon (no voy a hacer ninguna cola de mil metros para ver a nadie, lo siento, mis nervios no me lo permiten), acabamos en el Círculo de Bellas Artes divisando desde la terraza las vistas más impresionantes que he podido observar de Madrid, con esas estatuas encima de los edificios en las que nunca nos fijamos, las cúpulas, los tejados. Un Madrid desde arriba que se presenta incluso más interesante que el Madrid de los pies en el suelo. Y ya que estábamos vimos una exposición de Picasso, y pos supuesto comí tarta de manzana… me encanta la tarta de manzana.

Y ya para acabar un poquito de promo de un grupo cordobés con el que estoy perdiendo la objetividad de lo absolutamente buenos que son. Acaban de grabar canciones nuevas, y os dejo el link de myspace: www.myspace.com/losalimentos para que los escuchéis. A mí me gusta mucho “Ian” (la canción) y “ella y él”. Si no os gusta el pop indie (planetas, lory meyers….) absteneos. 

Un besito a todos. ¡Prometo pasar pronto!


miércoles, 4 de febrero de 2009



Báilame el agua
Úntame de amor y otras fragancias de tu jardín secreto
Sácame de quicio, hazme sufrir...
Ponme a secar como un trapo mojado.
Lléname de vida
líbrame de mi estigma
Llámame tonto.
Olvida todo lo que haya podido decirte hasta ahora.
No me arrastres
No me asustes
Vete lejos...pero no sueltes mi mano.
Empecemos de nuevo.
Toca mis ojos
Nota la textura del calor
¿Por cuánto te vendes?
Píllate los dedos
Y deja que te invite a un café.
Caliente claro
Y sin azucar... sin aliento