“El cambio de escala es a veces una cuestión de supervivencia. Primero vemos la montaña y luego dibujamos una línea en el mapa. Así, línea a línea, formamos la cordillera que no podemos abarcar con los ojos y, solo a través del ejercicio de la reducción, somos capaces de trazar un camino, tal vez, también, de transitarlo. De todo lo que nos importa y no comprendemos terminamos por dibujar un mapa, alterando al hacerlo el verdadero tamaño de nuestra ignorancia.”

martes, 18 de mayo de 2010

Dijo que me había ido.

Dijo que otra vez había desaparecido.

Y me ví cenando sola en el japonés de la esquina

Mezclando sake con tequila

Sin saber dónde buscar.

 

Déjame hacerte bonitas las tardes de noviembre.

Ámame siempre así. Sin caretas conformadas por los años.

Llévate mi pulso por las mañanas.

Hazme café y el amor al mismo tiempo.

Quiero regalarte un mundo carente de estrategias,

lleno de naves espaciales en las que volar.

Déjame regar las hojas secas que nunca barriste.

Cuidarlas como si estuvieran vivas,

solamente porque siguen plantadas en la tierra.

No he encontrado un suelo donde aterrizar.

Déjame pedirte por las noches que no me dejes sola,

no he encontrado un sueño donde te vuelva a matar.

Quiero ser poesía e infarto.

El mío no.

Mientras mis canciones envuelven tus cicatrices

he vuelto a componer los trozos de este engaño.

Hay quien dice que nunca podría ser igual…

Tu tiempo sí

Déjame que cosa todos los fracasos

con los hilos que sobren te haré un nuevo guión.

No quiero que me sorprendas pidiéndote perdón.