“El cambio de escala es a veces una cuestión de supervivencia. Primero vemos la montaña y luego dibujamos una línea en el mapa. Así, línea a línea, formamos la cordillera que no podemos abarcar con los ojos y, solo a través del ejercicio de la reducción, somos capaces de trazar un camino, tal vez, también, de transitarlo. De todo lo que nos importa y no comprendemos terminamos por dibujar un mapa, alterando al hacerlo el verdadero tamaño de nuestra ignorancia.”

viernes, 26 de septiembre de 2008

Un escenario más


Buen fin de semana a todos. Me marcho a mi tierra. Pero os dejo algo para leer estos días.

Ella no tiene nada más que decir. Es así de duro y culpable. Se refugia en el eco de una risa pasada y no menos verdadera por albergar tan solo un recuerdo. Sus labios están sellados y sus ojos miran al cielo buscando el blanco de las rosas, perdido en el negro del sombrero.

Ella pasó el tiempo pensando que era mejor así. Coge la taza con ímprobo esfuerzo y la aplasta contra el suelo. Siente rabia y decepción. Y en realidad está enfadada únicamente consigo misma.

No le gustan los parques llenos de niños y la ventana de su cuarto le da miedo. El arlequín de la pared la mira sonriendo, disfrazado de una ficción llena de colores, mientras ella sigue prefiriendo el blanco y el negro.

Ahora pinta sus labios y requiere grandes dosis de humor y fina ironía, cuando perfila el negro corazón que cubre su labio superior.

Ella no tiene nada más que decir. Lo dijo todo al desmayarse con los aplausos del fondo. El papel era débil, y ella una figura que actuaba cegada por los reflejos. Al acabar, su cuerpo era más frágil que su conciencia, y el teatro demasiado grande.

Ella me confesó que nunca más hablaría. Lo esperó repasando el guión que había aprendido de memoria esos últimos días, buscando conexiones entre términos estúpidos, desaprendiendo el fondo y perdiendo espontaneidad en la forma. Vacía de improvisación, actuando por encima de su propia actuación y agotando un esfuerzo innecesario e incluso desaconsejable.

Pero salió como una reina a escena. Creyéndose necesaria. Recogiendo las siete rosas blancas que tantas veces imaginó que rodarían sobre el escenario de su vida.

6 comentarios:

- dijo...

La verdad es que aunque me encanta la lectura me siento bastante torpe a la hora de apreciar el arte transformado en palabras.Por eso cada vez que posteas de esta manera trato de limitarme a dejarte un saludo , desearte buen fin de semana y no estropear tu post con un comentario sin los suficientes fundamentos críticos como para hacerle justicia.

Pero puedo mojarme lo suficiente como para decir que me parece bonito.

Amaterasu dijo...

Jordi. no busco fundamentos críticos, ni siquiera crear nada lo suficientemente "artístico", sino compartir un sentimiento. Con que lo leas, ya se cumple lo que quiero, así que gracias!

Thiago dijo...

Parece una última actuación y no he podido dejar de pensar hoy en Paul Newman.

Bezos, cari.

MATISEL dijo...

Pues lo cierto es que te ha salido un texto impresionantemente artístico profundo. Me ha gustado muchísimo, enhorabuena.

Besos

Anónimo dijo...

Pero eso lo escribes tu???Bueno...entonces eres tan poeta como Ivan Ferreiro!!!Genial...

El concierto igual de genial enonces ¿no? Yo pensaba ir al concierto de Madrid del 29 de Noviembre pero tengo un viajecito por esas fechas que seguramente me coincida, asique nose...Es que fui a comprar entradas para el concierto que iba a hacer en Leganés, pero justo se canceló...
Espero que vengas de tu tierra con las pilas cargadas, un beso

ralero dijo...

Siempre, por suerte o por desgracia, cuando callamos para siempre, quedó algo por decir. Siempre.

Besos.