“El cambio de escala es a veces una cuestión de supervivencia. Primero vemos la montaña y luego dibujamos una línea en el mapa. Así, línea a línea, formamos la cordillera que no podemos abarcar con los ojos y, solo a través del ejercicio de la reducción, somos capaces de trazar un camino, tal vez, también, de transitarlo. De todo lo que nos importa y no comprendemos terminamos por dibujar un mapa, alterando al hacerlo el verdadero tamaño de nuestra ignorancia.”

jueves, 8 de abril de 2010

Pensión compleja

Antes que nada, perdona si huele un poco a cerrado, hacía mucho tiempo que nadie se alojaba aquí, y menos aún con la intención de quedarse. 

Ábreme bien de puertas y ventanas. Que corra el aire, que entre tu luz, que pinten algo los colores, que a este azul se le suba el rojo, que hoy nos vamos a poner moraos.

Y hablando de ponerse, vete poniendo cómoda, que estás en tu casa. Yo, por mi parte, lo he dejado todo dispuesto para que no quieras mudarte ya más.
Puedes dejar tus cosas aquí, entre los años que te busqué y los que te pienso seguir encontrando. Los primeros están llenos de errores, los segundos, teñidos de ganas de no equivocarme otra vez. El espacio es tan acogedor como me permite mi honestidad. Ni muy pequeño como para sentirse incómodo, ni demasiado grande como para meter mentiras. Mis recuerdos, los dejé todos esparcidos por ahí, en cajas de zapatos gastados y cansados de merodear por vida ajenas. No pises aún, que está fregado con lágrimas recientes, y podrías resbalar. Yo te aviso. 

El interruptor general de corriente está conectado a cada una de tus sonrisas. Intenta administrarlas bien y no reírte demasiado a carcajadas, no vayas a fundirlo de sopetón. 


No sé si te lo había comentado antes, pero la estufa la pones tú.
Y hablando del tema, he intentado que la temperatura del agua siempre estuviera a tu gusto, pero si de vez en cuando notas un jarro de agua fría, eso es que se me ha ido la mano con el calentador. Sal y vuelve a entrar pasados unos minutos. Discúlpame si es la única solución, es lo que tenemos los de la vieja escuela, que a estas alturas ya no nos fabrican ni los recambios.

Tampoco acaba de funcionarme bien la lavadora. Hay cosas del pasado que necesitarán más de un lavado, es inevitable. Y ha cosas del futuro que, como es normal, se acabarán gastando de tanto lavarlas. La recomendación, ensuciarse a su ritmo y en su grado justo. Eso sí, no te preocupes por lo que pase con las sábanas, que las mías lo aguantan todo. 

Para acabar, te he dejado un baño de princesa, una cama de bella durmiente, un sofá de puta de lujo y algo de pollo hecho en la nevera. Para que los disfrutes a tu gusto, eso sí, siempre que sigas reservando el derecho de admisión. Aquí no vienes a rendir cuentas, sino a rendirte tú. Aquí no vienes a competir con nadie, sino a compartirte a mí. Y lo de dar explicaciones, déjalo para el señor Stevenson. 

El resto, no sé, supongo que está todo por hacer. Encontrarás que sobra algún tabique emocional, que falta alguna neurona por amueblar y que echas de menos, sobre todo al principio, alguna reforma en la fachada y estructura.

Dime que tienes toda la vida, y voy pidiendo presupuestos.
Dime que intentaremos toda una vida e iré encofrando mis nunca más.
Risto Mejide, ese hombre que levanta odios y pasiones.  Aquí no vienes a rendir cuentas, sino a rendirte tú..... Entre los años que te busqué y los que te pienso seguir encontrando.... Me parece magnífico. 


3 comentarios:

·Êl düêndê (¡n)fêl¡z· dijo...

Es una forma increíble de mostrar lo que es echar a alguien de menos, esperar a que regrese, y ver cómo, cuando lo hace, todo lo guardado parece latir debajo de los labios, esperando el mejor (o peor) momento para salir al exterior.

"El interruptor general de corriente está conectado a cada una de tus sonrisas. Intenta administrarlas bien y no reírte demasiado a carcajadas, no vayas a fundirlo de sopetón."
Es verdad lo que dicen, que una sonrisa puede mover el mundo, a veces, el mundo de alguien puede ser esa sonrisa. Construída con cimientos débiles de verdades, mentiras y demás sentimientos.

"Dime que tienes toda la vida, y voy pidiendo presupuestos.
Dime que intentaremos toda una vida e iré encofrando mis nunca más."
Decir nunca más es como negarlo todo. La vida es corta y el tiempo, escaso.

Sublime ^^

ralero dijo...

Bonito y sensible texto muy lejos a lo que nos tiene acostumbrado Mejide que, en cualquier caso, sigue sin gustarme. No por lo que dice -todos cometemos errores y seguramente son más sus aciertos. Pero las cosas se pueden -de deben- decir de otro modo y sin tanta pose.

Besos.

MATISEL dijo...

A mi me gusta el texto, muy poético,y una forma original de decir las cosas... y es que a veces las palabras secas y desnudas, aunque sean sentidas, no hacen llegar la emoción del sentimiento si no utilizan en su lenguaje la poesía y esas flechas de lo original que van directas al alma.

Un abrazo y gracias por tu recomendación en mi blog.