“El cambio de escala es a veces una cuestión de supervivencia. Primero vemos la montaña y luego dibujamos una línea en el mapa. Así, línea a línea, formamos la cordillera que no podemos abarcar con los ojos y, solo a través del ejercicio de la reducción, somos capaces de trazar un camino, tal vez, también, de transitarlo. De todo lo que nos importa y no comprendemos terminamos por dibujar un mapa, alterando al hacerlo el verdadero tamaño de nuestra ignorancia.”

jueves, 30 de abril de 2009

La danza es maravillosa, te pinta de colores. Te hace crecer, te hace creer en ti misma. Te estimula, te da confianza, te hace grande. Te ves grande. Te quita velos, te da un aroma nuevo, sensualidad, feminidad, armonía, ritmo, te descubre y te abre como un libro. Te expresa, te dispersa, te tiñe los ojos y los labios de luz, te saca brillo, demuestra tu belleza exterior, interior, esa que casi nunca sacas, sumergida en la vorágine del ordenador, del móvil, del trabajo, de la casa….

Pero cuando te metes en ella no llegas a comprender dónde poner el freno. El sueño de todas nosotras, de todas las aficionadas es bailar bien, como una profesional, por eso y para eso pagamos las clases. Creo, además, que dentro de las clases deberían hacerse grupos, según las necesidades: hay mujeres cuya intención es ir a clase a divertirse, no a aprender, hay otra que van solo a aprender, y no disfrutan, hay otras que van únicamente por mantenerse en forma, el cómo les da un poco igual, harían danza igual que hicieran aerobic todos los días… No es lo mismo, y sin embargo todas pagamos lo mismo (porque cuesta un dinero) por cosas diferentes. 

Ojalá pudiera ser bailarina. Pero soy abogada. Cada uno debe ubicarse en lo que es. Me fastidia, pero no puedo llegar a trabajar después de 4 horas de ensayo, no puedo decir que me tengo que ir a bailar fuera de Madrid cuando a la semana siguiente tenga un juicio…. Por supuesto que he renunciado a cosas por bailar, ¡es mi pasión! Y lo he hecho encantada… No es placentero salir de trabajar, agotada, a las 9 e irte a clase, hasta casi las once. Luego vete a tu casa y ponte a planchar…. Pero, aunque sé que en este momento podría plantearme dedicarme más en serio a esta faceta artística, también hay que saber decir que no. Y yo hoy he dicho que no a una pasión, entrar en una compañía de danza, por otra pasión que me da comer. Y ha sido difícil, pero la falta de tiempo me hace no poder compaginar las dos cosas. Seguiré con las clases regulares y con talleres…. Y para mí todas las mujeres somos bailarinas, ¡yo bailo en mi casa, me visto y todo, hago fusiones, qué mejor escenario! Bailo para mi familia, para mis amigos… ¡qué mejor público quiero! Estoy algo triste pero creo que he hecho lo correcto. 
Yo he sacado de mí misma cosas mucho más provechosas bailando en mi casa o para mis amigos que en una academia. No olvidéis esa frase: para mí, todas las mujeres somos bailarinas, aunque no seamos profesionales. 


miércoles, 29 de abril de 2009

Alomejor desaparezco de tu vida. Me tomo un descanso y cuento hasta diez. Te recito mientras sale el avión y leo algo que me ayude a olvidar mientras me tomo un café. Alomejor desparezco de tu vida cuando menos te lo esperes, cuando me encuentre preparada para empezar a desaparecer poquito a poco, cuando lo haya meditado tanto y tantos años que no encuentre mejor solución, cuando me duela mucho mucho y me lo repita bajito bajito todos los días hasta que el último pegue un grito.

Alomejor desaparezco de mi vida. Cuando no tenga miedo a dejarme llevar, cuando aprenda a mezclar poesía y realidad,
cuando la pinte de colores, cuando me pinte de colores, cuando te pinte de colores. Cuando cambie de monedero, cuando no me encuentre cansada, cuando reconozca que ha pasado el tiempo.

Alomejor desaparezco. Cuando recuerde quién soy, cuando me de tanta rabia lo que encuentro que quiera cambiarlo, cuando me regales lo último que te quede, cuando sepa que puedo volar.

Y alomejor me quedo.  

Cuando sea valiente.


jueves, 23 de abril de 2009

La Diada



 Una tradición y un montón de recuerdos. 23 de abril. 

 Me gustaba ese día porque cantábamos en la misa mis hermanas y yo, con un profundo respeto y cariño por nuestra segona terra. Porque a mi padre se le ponía una sonrisa de oreja a oreja, porque mis padres salían a cenar con sus amigos y yo después de la celebración me escaqueaba y podía estar más rato en la calle, porque yo siempre leía en la misa de la Virgen de Montserrat y mi padre me miraba orgulloso, y porque era muy gracioso y bastante ejemplar ver a mi malagueña madre cantar en catalán y amar una tierra que no era la suya (y que, admitámoslo, en poco se parecen). 

 Mi padre me ha enseñado a amar de dónde vengo, a respetar siempre mis raíces, cuidarlas, conocerlas, recordarlas y compartirlas. Como él magistralmente ha hecho siempre, a pesar de ser un “emigrante”

 Gracias y feliz día de San Jordi, papá. 
 

Rosa d’abril, Morena de la serra,
de Montserrat estel:
il•lumineu la catalana terra,
guieu-nos cap al Cel.

Amb serra d’or els angelets serraren
eixos turons per fer-vos un palau:
Reina del Cel que els Serafins baixaren,
deu-nos abric dins vostre mantell blau.

Alba naixent d’estrelles coronada,
Ciutat de Déu que somnià David,
a vostres peus la lluna s’és posada,
el sol sos raigs vos dóna per vestit.

Dels catalans sempre sereu Princesa,
dels espanyols Estrella d’Orient,
sigueu pels bons pilar de fortalesa,
pels pecadors el port de salvament.



lunes, 13 de abril de 2009

Siempre estabas junto a mí, en mi mente revolviendo todo...

Hay quien escondía los caramelos dentro de los bolsillos, y yo mientras tanto cogía margaritas sin que mi madre se diera cuenta y me las metía dentro de los míos, aunque se me olvidaba quitarlas y al final del día salían todas desperdigadas en el baño. Mamá no me regañaba, solo me miraba con cara de resignación, y me decía: “ya sabes que las flores dan mucha alergia”. Y yo me metía en la bañera llena de espuma y jugaba con los botes de gel.

A veces me caía porque todos los balones salían a mi encuentro. Era torpe y no trepaba por los árboles, me gustaba subir y bajar escaleras, y sentarme en ellas a escribir. Cuando pasó el tiempo seguí sentándome en ellas, y a veces cuando giraba la cabeza estabas tú, que acababas de llegar de Madrid, que me parecía otro planeta. Ya no me preocupaba no saber trepar por los árboles, aunque al saltar una valla por seguirte me caí y me hice mucho daño.

Al cabo de los años en esa valla te miré a los ojos.

Recuerdo que venías a buscarme, yo me escondía en mi cuarto porque me parecías un pesado, y porque me gustaba estar sola. Con el paso del tiempo, tú venías a buscarme, y yo me escondía en el baño porque no podía volverte a mirar.

Cambiamos las margaritas por jazmines, las risas de verano por cartas, y un día me contaste un secreto sentada en las escaleras donde escribía. A partir de entonces me llamabas solo para que pudiera escuchar los acordes de la guitarra con la que sacamos alguna voz en El Retiro, y luego bajamos por la Cuesta de Moyano… con la que me compusiste una canción, cuando Madrid dejó de parecerme tan lejano, aunque siga pareciéndome otro planeta. Cuando me acerqué me alejé de ti. Te alejaste de mí.

La abuela siempre decía que eras distinto a los demás. Hoy apenas te reconozco.

Contigo me di cuenta de que hay cosas que es mejor que nunca cambien. Contigo dejé de ser una niña rara para sentirme bien recorriéndonos el mundo con nuestra pinta de “especiales”. Me explicaste en el autobús cuál es la diferencia entre ser raro y ser diferente. Y dejé de sentirme un extraterrestre. Y supiste hacerme ver qué era una estrella. Contigo me di cuenta de que habíamos crecido. Y de que si algún día nos pasaba algo querría volverte a encontrar. Contigo aprendí a pensar. Contigo aprendí que prefiero los abrazos a los besos.

Por ti me llevé la primera y única bofetada de mi madre, y pasé un verano entero sin salir. Eran tristes y largas las tardes de verano. Ya no había vallas que saltar, ni había “un dos tres, gallito inglés”, ni cogíamos almendras, ni me ayudabas a coger jazmines cuando estaban muy altos. Y te hice daño. Y te hice llorar… Y no de felicidad. Y para colmo tú no me entendías, y yo no me lo sabía explicar.

Antes vivíamos lejos y éramos incansables el uno con el otro. Ahora vivimos cerca pero solo nos encontramos en el metro. En Madrid no se ven las estrellas.

Cuando vuelvo al campo recuerdo los lugares comunes y el olor de la casa de la abuela. Nunca coincidimos, y cuando estás reconozco que evito verte. Y tú a mí, es algo que se sabe... Quizás porque hemos seguido creciendo. Y nunca estamos solos para poder contarte todo esto. Pocas veces he vuelto a ver margaritas por el camino. Pero el otro día ví el campo poblado de margaritas. Según bases científicas puede ser que es porque este invierno ha llovido, me gustaría pensar que eres feliz. No cogí ninguna para metérmela en los bolsillos, con el paso del tiempo también me he dado cuenta de qué sabias son las madres…

Es una tontería, pero no quiero volver a sentarme en esas escaleras sin ti. Ni siquiera diez años después.

lunes, 6 de abril de 2009

manifiesto desastre

- Me encanta que hayas idealizado nuestra trágica situación.

- Cuando no estás todo me parece divertido.

- Solo me estoy llevando ostias.

- Pero cuando estás lo veo un poco menos claro.

- Lo ves menos claro porque es de noche.

- Así que prefiero que no estés. Es mucho más fácil autoconvencerme de que no lo necesito. Además,

cuando estás, me lo paso bien. Y eso no es bueno.

- Yo no soy especial.

- Tú no eres comparable.

- ¿Quieres más?

- Vamos a quemar Madrid.

- Ni siquiera me lo planteo.

- Me tengo que ir.

- ¿Estás incómodo?

- Me gusta cómo mueves las manos.

- Lo he intentado todo.

- Ah, ¿no te lo planteas?

- No te voy a llamar.

- Entonces, ¿qué pasó con ese chico?

- No te creo.

- Ya sé en qué trabaja tu padre.

- Qué poco importante soy para ti.

- Guapa.

- ¿Por qué?

- Ya sabes que soy complejo.

- ¿Por qué? (una y otra vez)

- Duele más olvidarte que odiarte o amarte

- Rubias de ciudad venían en el autobús a pedir otra oportunidad

- Que no quiero olvidarte.

- No me has vuelto a llamar.

- No lo sé.

- No entiendo por qué te gusta tanto potenciar nuestros defectos.

- Es más fácil.

- Apagas la luz y todo me parece caracterización.

- Me meto en el papel. No sé hacerlo de otra manera.

- Un, dos, tres. Acción.

- Corten.

- Me he vuelto a equivocar.

domingo, 5 de abril de 2009

Emociones para vivir

Hoy me he puesto a pensar en todo lo que me gustaría hacer y no tengo tiempo. Tengo un problema porque me suele gustar casi todo. Por ejemplo, ayer estuve en un curso de maquillaje para espectáculos (para el espectáculo de danza) y me encantó... Y si pudiera estudiaría Filosofía, Psicología, Clásicas, Arte,... hay tantas cosas interesantes por aprender! Como no tengo tiempo de hacer todo eso, una buena forma de aprender es leer cosas sobre todo lo que me llama la atención. A veces me compro libros de filosofía, otras veces de psicología... Y es curioso ver cómo hay cosas que tienen muchísima relación entre sí en diferentes materias. Por ejemplo, yo que me dedico al derecho, tuve que estudiar en su día los fines preventivos y de reinserción de las penas, y ahora me encuentro con capítulos enteros hablando sobre eso en un libro de Psicología, y es muy interesante, porque no solo puedes comparar los diferentes prismas desde los que ha de analizarse un delicuente o la pena a imponerle y el por qué de la misma, sino que te sirve muchísimo para complementar tu limitado conocimiento, únicamente vinculado a las aulas de derecho. No voy a entrar en un debate criminológico, podría tirarme horas hablando, porque si hay algo que me gusta de verdad de mi profesión es todo lo relacionado con la criminología, y eso sí que espero poder estudiarlo más a fondo algún día.

Os voy a dejar fragmentos del libro que ya estoy terminando de Punset, y que me ha dejado fascinada. ¡Feliz domingo de ramos!

Tomamos decisiones todos los días. Desdeluego, algunas más trascendentes que otras. Podemos acertar o equivocarnos en cada una de ellas, pero nos gusta creer que cada decisión es el producto de un análisis objetivo, frío y racional. Hemos construido un mundo que favorece la ausencia de emociones en la toma de decisiones. Desdeñamos las emociones porque las consideramos un estorbo, una especie de niebla que nos impide ver los hechos con claridad... pero la realidad es muy distinta.

Las emociones son el resultado de un conjunto de procesos fisiológicos que suceden en nuestro organismo: la felicidad, la vergüenza o la culpa son química en nuestro cerebro... ¡Simplemente son cambios moleculares!No podemos eliminar las emociones de nuestro cuerpo: forman parte de nuestra propia biología. La forma en que nuestro cerebro percibe estos cambios es lo que llamamos sentimientos o sensaciones. Son esenciales para solucionar problemas que requieren creatividad o que deben elaborar y procesar grandes cantidades de información. Y, por tanto, nos ayudan a decidir.

Las personas con lesiones en una zona específica del lóbulo frontal del cerebro son aparentemente normales, hablan perfectamente y su cociente intelectual es normal, pero toman decisiones equivocadas. En estos casos la zona del cerebro responsable de los sentimientos y las emociones está dañada, y las consecuencias son graves: pierden su trabajo, rompen sus matrimonios... Simplemente, parece que todo lo que sucede a su alrededor no ,es afecta emocionalmente. Saben que actúan mal, pero no le simporta: carecen de sentimientos de vergüenza y culpa.

Vivir es mucho máss fácil si se tienen emociones y sentimientos. Y si éstos son adecuados, aún sería más cómodo y placentero. Aprender y recordar también son tareas mucho más simples cuando van acompañadas de una emoción. Cuando existe una lesión en esta zona del cerebro, la persona no puede utilizar los recuerdos asociados a emociones y puede traicionar a un amigo sin ningún remordimiento.

Decidir sin sentir nada es quizás el sueño de un verdugo, pero para la mayoría de los mortales es una situación indeseable. Emoción y sentimiento van ligados a la especie humana y nos ayudan cada día a decidir qué queremos hacer con nosotros mismos.

jueves, 2 de abril de 2009

Una contínua prueba de esfuerzo

Hace muchos años que me enamoré de esta canción. Me trae muy buenos recuerdos, y me aporta fe. Sí, parece una tontería, pero me hace creer que alguien en el mundo alguna vez sentó un principio básico de toda relación tal cual es soportar. Amar la oscuridad del otro, no solo la luz. Porque no solo existe la luz. Y eso lo hizo porque creía en el amor. En el amor con grietas, en el amor con heridas y cicatrices, en el amor lleno de personas con pasado, de personas distintas a nosotros. En la aceptación de que el amor no solo depende de cuánto estás dispuesto a ser feliz (pregunta estúpida), sino también de cuánto estás dispuesto a sufrir. Y lo más gracioso del tema es que esa decisión no nos pertenece, depende del momento en el que cada persona se encuentre, y algunas veces ni siquiera es cuestión de sentimiento, sino de capacidad.

¿No es maravilloso?




I can be an asshole of the grandest kind

I can withhold like it’s going out of style
I can be the moodiest baby that you've ever seen
And you've never met anyone
Who is as positive as I am sometimes

I am the wisest woman you've ever met.
I am the kindest soul with whom you've connected.
I have the bravest heart that you've ever seen
And you've never met anyone
Who's as positive as I am sometimes.

You see everything, you see every part
You see all my light and you love my dark
You dig everything of which I'm ashamed
There's not anything to which you can’t relate
And you’re still here

I blame everyone else, not my own partaking
My passive-aggressiveness can be devastating
I'm terrified and mistrusting
And you’ve never met anyone as,
As closed down as I am sometimes.

You see everything, you see every part
You see all my light and you love my dark
You dig everything of which I'm ashamed
There's not anything to which you can’t relate
And you’re still here

What I resist, persists, and speaks louder than I know
What I resist, you love, no matter how low or high I go

I'm the funniest woman that you've ever known
I am the dullest woman that you've ever known
I'm the most gorgeous woman that you've ever known
and you've never met anyone
Who is as everything as I am sometimes

You see everything, you see every part
You see all my light and you love my dark
You dig everything of which I'm ashamed
There's not anything to which you can’t relate
And you’re still here

And you’re still here
And you're still here...