Las memorias de Fabián pasan por un cuento sin padre, por unas clases de natación sin nadie que vaya a recogerle y por la academia de un profesor que nunca veía que tenía la mano levantada. Él no lo eligió, pero se pasa la vida dejando que elijan por él. Nunca me preguntó por qué, pero yo sé que constantemente tiene miedo, de su sombra, de su historia, de las historias de los demás y de las que pasan por él, de moverse un palmo del suelo. A veces me mira queriendo decirme algo que es incapaz de vomitar. Fabián no se queja, no espera nada más de sí mismo y hace mucho que dejó de esperar algo de los demás.
Dentro de su locura simula que puede ir como todos los chicos de su edad con la mochila cargada de bocadillos de nocilla del colegio a casa, pero Fabián nunca tiene ganas de merendar. Le encantan los cuentos, los reales y los inventados. Dice que su vida es un cuento. De los inventados...
2 comentarios:
Hola!, aún sigo vivo.¡Qué cambiada está la cueva!.Parece ser que facebook extinguió mi pequeño blog, era cuestión de tiempo.Creo que será mejor cerrarlo en breve pero antes me pasaré a saludar por todos los vuestros.De todas formas me guardaré los links para visitas esporádicas >;).Espero que vaya todo bien en el trabajo y la vida en general, un besaco :D
espero de verdad que te sigas pasando por la cueva de vez en cuando y que sigamos en contacto. Otro besaco para ti!
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