“El cambio de escala es a veces una cuestión de supervivencia. Primero vemos la montaña y luego dibujamos una línea en el mapa. Así, línea a línea, formamos la cordillera que no podemos abarcar con los ojos y, solo a través del ejercicio de la reducción, somos capaces de trazar un camino, tal vez, también, de transitarlo. De todo lo que nos importa y no comprendemos terminamos por dibujar un mapa, alterando al hacerlo el verdadero tamaño de nuestra ignorancia.”

jueves, 30 de julio de 2009

Ya todo se comprende


Hace calor. Se deshoja la estación como las hojas de eucalipto, y en el campo huele a romero y a hierba seca. Me transporto al fin del mundo. Todo está parado. Me da por pensar que estarán haciendo ahora las personas a las que recuerdo. No sé si el mundo también estará parado para ellos. Hasta que no llegue septiembre no volverán los encuentros. Ahora parece que un huracán queda por pasar. La preocupación más inquietante es ver si tengo que ponerme bálsamo en los labios, y si me pica la sal. 

He metido todas las cosas en botes de vidrio para que puedan permanecer hasta que vuelva, y se conserven, más frías. Cuando vuelva las tocaré con mis dedos y las volveré a ablandar y haré surcos que marquen el uso que les quiero dar. Alomejor algunos botes tengo que tirarlos. Otros, quizás, necesiten un descanso. Reposo absoluto. 

No he escrito postales, no he mirado el móvil, no me he dejado agobiar por el silencio. No hay nada más que mirar más allá de las viejas luces de las casas del campo. Ellas permanecen iguales años tras año pero no sufren por no cambiar. Ni tampoco se plantean necesitar un cambio. Tampoco quienes las habitan. Conviven con sus sombras, con sus arrugas, aprenden a quererse envejeciendo y repasan una vida que les gusta y que no maldicen por no haber gastado, viajado, vivido más de lo que han tenido. Y todos los días a las 10 recogen el mismo pan y por la noche dan el mismo paseo. Tú pasas, harto de darte el paseo el quinto día seguido, y te saludan con una sonrisa. Es admirable.

Los grillos, los trozos de sandía por la noche, los palos de regaliz, las lágrimas de San Lorenzo, la luna, los consejos de mamá, la dama de noche, los cafés con papá y los golpes secos del bastón. Todo queda tan lejos, que no sé de dónde soy ni dónde tengo que ir ni por qué. Y los recuerdos se marcan en cada piedra, en cada sonido, lavan mis manos a la hora de lavar los platos, los siento en los almendros secos y en el ruido de las tórtolas. Los recojo en cada jazmín, los hilo y los devuelvo a su origen. Al tiempo. ¡Ay el tiempo!..... Ya todo se comprende. 


martes, 28 de julio de 2009

Everything is moving so fast

En latidos infinitos

desatabas la nostalgia de las cosas

y polícromo vencías arrastrando tu presente.

Casi nunca me explicabas los caminos.

Solo andabas.

jueves, 23 de julio de 2009


Ese cuadro es uno de mis favoritos de la exposición de Sorolla. 

Os dejo también algo que he leido hoy. A falta de inspiración, me permito el lujo de que me la dejen:

Ni tú eres un Edward Norton ni yo una Marilyn Monroe. Quizás por eso, aunque no me gusta el negro y tu huyes de los colores, compartimos miopía con distintas dioptrías. Remueves el café con tenedores, me arrebatas el insomnio y te pones mi bata para pintar.

viernes, 17 de julio de 2009

Podría decir que últimamente no tengo tiempo para escribir (pero eso nunca me ha hecho falta, las cosas que escribo puedo hacerlas en cualquier lugar y en los momentos más insospechados, además, mi anterior entrada era algo que yo escribí), pero de lo que realmente no tengo tiempo es de sentarme, currarme las entradas, contaros cosas interesantes... Y a veces pienso simplemente en cerrar este blog. 

Pero hoy os voy a dejar esta canción. llevo toda la mañana tarareándola y me parece muy bonita. Besitos a todos

"por el dolor al que no guardo rencor"


jueves, 9 de julio de 2009



He dejado de hacer el café de las cuatro,
Recogí las migajas que había sobre el mantel
Las tiré en la ventana,
Entré un poco en tu cuarto
Te has llevado contigo las sábanas de ayer

Y por más que lo intente mi boca 
Jamás se equivoca al decirte que no
Que los ojos me muerden la ropa
Y vigilan los dientes las sobras de dos

Me comí las migajas que guardé entre las manos
el café de las cuatro está desde anteayer,
me he vestido desnuda con el mantel de cuadros
las sábanas se asfixian debajo de mi piel.

miércoles, 8 de julio de 2009

Merezco

merezco

Efectivamente, me lo merezco por tonta.